miércoles, 20 de septiembre de 2017

Días previos a primavera

20 de septiembre, van dos meses ya en el trabajo, poco menos.
Y me acostumbro, día a día.
El fin de semana largo tuvo de todo. Vino tía B. con papá, y el sábado los M-L, vinieron a almorzar. Luego de una sobremesa cargada a la batalla campal, fuimos a pasear a Maitencillo. Donde caminé a pies descalzos por la arena. Presenciamos la decadencia de un grupo de jóvenes ebrios que zamarreaban a un amigo que osó subir a un entarimado enclenque.
El domingo fuimos a comprar algunas cosas al pueblo, y luego almorzamos. Y con papá a eso de las seis viajamos a Santiago a dejar a tía B. que no venia preparada para más que dos días de paseo.
Llegamos a las once y media de vuelta, conversamos hasta tarde.
El lunes dieciocho almorzamos con los García Gaete. Que modo de correr la generosidad en esa familia. Comimos de ma sia do y todo muy rico.
Llevamos de mis postre de maracuyá y mote con huesillos.
Dormí toda la tarde, entre el viaje del domingo y un colemono me dejaron z.
Por último el martes de sobras de asado, y finalización del feriado también estuvo bueno. Lo único triste ir a dejar a mi hermana, y ver a mi sobrino con unas lágrimas atascadas en sus ojitos, fue lo único triste de la jornada.
Hoy en la mañana me desperté al tercer ring del teléfono.
La alarma no se hizo esperar y puntualisima sonó a las seis.

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