martes, 19 de mayo de 2015

Cumpleaños Feliz

Hace treinta y seis años 364 días y veinte horas, yo juraba que la vida era espléndida, comenzábamos el trabajo de parto con mi madre, aprontándonos a una de las primeras pruebas de nuestra vida juntas. Su cuasi muerte. A eso de las 11:30 p.m nací por segunda vez, después de ser devuelta al vientre por venir con una circular al cuello ahogándome.
La máquina indicaba que yo como feto venía con sufrimiento, pero la enfermera consideró que la máquina no era acuciosa, pues de otro modo no marcaría índices tan altos.
37 años más tarde cuento esta historia como una anécdota más. 
Mamá me la ha recordado muchas veces, y supongo que es porque si seguimos vivas ella y yo, por algo es. Para algo es. En estos últimos días he visto frases regadas por acullá y allá, que me recuerdan que de niña soñaba con ser novelista. No tenía dudas de que lo conseguiría, estaba segura que sí, pues era mi llamado espiritual más fuerte.
Aun hoy me cuesta tener disciplina para revisitar mis textos importantes y mejorarlos. De mis dos publicaciones solo he vendido una copia, y no me atormenta. Porque aun es tiempo de conseguirlo.
Entre mis propósitos para este año número 37 están terminar mi libro y viajar.
La lista se reduce bastante, pero es que así me concentro mejor. Hace un par de años eran diez objetivos, hoy solo son dos. Voy a recibir a mi madre, la consigna es que aparte de todo habrá que comenzar a confiar en que los sueños infantiles tienen una razón de ser fundada en el polvo de estrellas del cuál venimos.
Besos de esta mujer que canta.

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