martes, 2 de julio de 2013

Hiperventilación Mode On.

Estoy lo que se llama feliz. Y atemorizada. Y feliz. Y entregada.
¡Qué sea lo que sea!
Esta Yegüita loca, esta saliendo con un Búfalo centrado y laborioso. Fiel a su arquetípico animal del horóscopo de la China. Y no solo eso, esta vaquita loca, del taurino mes de mayo, está saliendo con un Centauro del maravilloso último mes del año.


Imagen inspirada en Cuadro de Picasso, fuente: http://artofthebutterfly.com/2011/05/03/bull-and-mare/bull-and-mare-picasso-repo/
¿Y no era que en 2008 transmitía y transmitía con el amor de un Centauro?-eran delirios por si alguien no tiene idea de lo que hablo... Pero aparentemente delirios premonitorios, como ocurren algunas veces.
Mi imaginación vuela cuando le veo. Su sonrisa de niño simple y travieso, me conquista el corazón y cada parte de mi ávida mente. Cada vez que nos besamos, me separo a mirarlo, y allí aparece una sonrisa hermosa, generosa, que me sugiere que no estoy queriendo en vano, que el temor es parte del proceso a superar, que todo resultará esta vez, y que si no resultara, valdrá la pena. Porque juntos valemos esa pena.
Y ¡no valdrá la pena! valdrán los momentos alegres, las miles de sonrisas que me envía T. siempre, que han llegado a través de un portador que desde su tribuna se ha ganado mi locura especial: la que crea textos.
Esa sonrisa en todo caso, no se equivoque, es la de un hombre. Un hombre que me cuenta su vida de a poco, que me confidencia sus planes, y eso que le conozco hace tan poco. En nuestra primera cita, no me ofreció el oro y el moro, ni me orilló a lo oscuro, sino que me siguió en la conversación en un lugar plenamente público, y cuando se sintió autorizado por mis ojos suplicantes, me besó. 
Ayer le juré que -él- encontraría trabajo (el suyo terminaba la próxima semana), y hoy me envió un mensaje contándome que se había acordado de mi, le llamé para decirle que yo también, y me dijo que había encontrado trabajo.
Algo grande está sucediendo. Toda la challa de los oráculos no tiene nada que ver con que diga esto. Hace tiempo que no sentía que una relación empezaba en términos recíprocos. No creo que él me quiera más a mi que yo a él, ni vice versa. Siento que nos gustamos, como cuando la gente se está conociendo, y que queremos aumentar el tamaño del gusto (si es que existe algo como un tamaño de gusto fuera de mi imaginación prolífica...) Siento que tengo ganas de terminar proyectos, escribir novelas, corregir la historia autoimpuesta del año pasado.
Tengo ganas de que resulte algo importante, y en mi temor me da pánico pedir eso, porque eso puede implicar fracasar y por ende sufrir. Pero ya ves, pedí trabajo para él y le llegó. Pedí que se definiera mi vida con signos, y me llega trabajo a mi, no llueve (trabajo) pero gotea...  Y admití en mi fuero interno que si me quedo en Concepción debo ser feliz, porque no saco nada con ser una amargada y ¡mira con lo que me sale la vida!
Mi Búfalo de Agua se llama B. y besa para sonreírme segundos después, y es goloso como yo le gustan los dulces y los salados, y sospecho... que me andaba buscando.
Every Place Singer.

1 comentario:

Aprendiendo telar dijo...

Qué rico, Andre! No hay nada como "los empezares". Y tú te mereces un comienzo glorioso, con continuación gloriosa y finalización imposible.
Disfruta al máximo este momento de mariposeo estomacal. Sueña en grande. Decreta en voz alta y que tus decretos se conviertan en realidades.
Escribe. Pasea. Maravíllate con la vida. Tan frágil es la vida. Puede que en su fragilidad radique el mayor de sus encantos.
Un brindis simbólico por ti. Y que la hiperventilación amorosa mutua continúe.