martes, 27 de marzo de 2012

Queridos todos...

Esto de decirse enamorado, o estar enamorada, es extraño. Te da vértigo a veces en la calle, te halucinas con los media horas y los chocolates, saltas cuando suena el teléfono (incluso el de la casa, aunque siempre ocupes el celular con esa persona...) Te da asco el exceso de comida, le dices "cariño" y "amor" a medio mundo... en fin, suspiras de pronto en la calle y te das cuenta cuando es evidente que todos te oyeron.
Y cuando sientes ese cosquilleo estomacal, frecuentemente relacionado con las mariposas, a lo primero que se lo atribuyes es al amor. A M O R... y ¿qué miércale es ese "sentir"...? ¿Atracción exclusiva? ¿Inclusiva? ¿Deseo sexual reprimido? ¿liberado? o quizá tan sólo es la forma de expresarse cuando dices: esta persona quiero que sea mi partner, con él o ella voy a construir algo entretenido, que nos llene a los dos, que nos dé espacio para albergar a otros, y para ser un tipo de familia.
Les voy a contar algo, y J. por favor no te enojes conmigo. Yo andaba buscando un partner por la vida, léase un compañero de aventuras amorosas o amistosas, alguien con quien conversar, pasear, comer, bailar, besar.
Creo que esa búsqueda viene de antiguo, décadas quizá, pero no es incesante ni totalmente consciente en todo momento, y ha tenido valles acompañada y valles sola. Pues bien, a lo largo de este blog, ustedes los que han seguido más concienzudamente las entradas viejas podrán dar cuenta de ello, he ido contando algunos detalles de lo que devino de esa búsqueda... experimentos tontos, historias de cinco minutos forzadas, romances platónicos por internet fallidos e imposibles en la realidad, en fin, mucho ruido y pocas nueces.
Antes de escribir este blog, también tuve vida, y hubo lo mismo, pero sin registro cibernético, en todos sus matices. Tuve relaciones un poco más largas (casi todas de exactos cuasi nueve meses), con harto sufrimiento de mi parte, porque aunque hubo lindos momentos, y guardo recuerdos fantásticos, a la larga fueron inconducentes y yo muy obsesiva, etcétera.
El tema aquí es cómo conducirse cuando inicias un amor y no quieres ensuciarlo. Quieres que todo salga bien, y tienes dudas de lo que te está pasando, porque a veces nos cuesta creer que Dios es tan maravilloso de proveer en la medida de nuestras necesidades alguna vez en la vida... y encima de esas dudas, aparece un fantasma. Una persona que no tomó en serio mis intenciones de tener una relación bonita y fructífera, reapareció ayer. Justo cuando voy despegando, cuando estoy flotando en algodones de azúcar y quiero estallar de felicidad, porque creo que podría estar frente a un evento único y maravilloso, y aunque estuviere equivocada, pretendo disfrutar el momento que estoy viviendo de todas maneras.
Y su pregunta es la del diablo, ¿Todo bien?, o sea la duda... la que se incrusta en el corazón de los débiles hijos del Padre.
No sé qué pensar. No quiero pensar. En su momento deseé con muchas fuerzas que esa persona volviera a mi, cuando decidió desaparecerse, pero decidí no buscarle, por mantenerme digna. Y mi plegaria -de tenerlo de vuelta- fue oída, para tener su respuesta cuando estoy haciéndome cargo de mi plegaria anterior: quiero construir una relación bonita y duradera... de la que NO deseo dudar.
La chamán me dijo una vez que las personas con mi numerología (número del regalo divino: 6) estaban en directo contacto con Dios. Y podían ver cumplidos sus deseos si confiaban a ojos ciegos en el poder de sus palabras (las propias, no las de Dios). Ése poder propio de la plegaria, que me era tan inconscientemente practicado y conocido, atrajo a mi vida un momento de confusión. ¿Cuántas veces sin saber atraemos a nuestras vidas estados de ánimo inconclusos, erráticos, por estar frente a lo deseado y no saber cómo enfrentarlo? Deseo la fiesta en paz, en armonía, que el cachudo se aleje, y mi almácigo con mi relación con J. prospere ... ¿mucho? ¡¡¡No!!! ¡Justo lo que necesito!
Besitos a todos,
ABCD


No hay comentarios: