martes, 12 de enero de 2010

Primera noche

Iba a llamar esta entrada Primer día, pero como fue una primera noche, el nombre es más adecuado. Anoche he ido por primera vez a dormir a casa de mi jefe. A ver cómo funciona todo, como es el turno de sueño. La verdad al principio me dediqué a observar. Despertó y le pidió a C. que lo cambiara de posición varias veces. Ella lo ayudó, reiteradas veces. Unas cinco veces. A eso de las cinco y media, él despertó, encendió la tele, luego la radio, y rato más tarde se levantó a hacer ejercicio como si nunca hubiera tenido parkinson, muy lúcido, mientras yo observaba de reojo medio dormida todos los eventos.
A las ocho ya me desperté. En la cocina un rato más tarde me serví un café, y estuve ayudando con el jardín, pues el matrimonio amigo de visitas estaba jardineando unos arboles apestados. A eso de la una K. se llevó al matrimonio a pasear, y C. y yo quedamos a cargo del barco, yo a cargo del almuerzo, C. del jefe. En general es un trabajo que no me parece dificil, me gusta el ritmo de casa, es una práctica profesional para transformarme en mamá... jajajajja bueno, el jefe es algo así como un niño grande. Obvio que no es un niño, pero hay que estar pendiente de él todo el rato. Además, de lo que he visto en la casa es necesaria una mujer con actitudes de mamá, que vea qué se cocina, que vea que se hagan las cosas, que se preocupe de otras cosas que al parecer no se han visto... No sé, a ratos tuve la sensación de que había soñado cientos de veces con la casa, con las situaciones, con todo. Quizá esta es una de esas ocasiones en que algo esta conectado con todo el resto, cuando fui a conocer hoy a la bebé de una amiga, me pareció haber estado en ese barrio en el sueño en que predije su nacimiento, y bueno. Los sueños siguen siendo parte de la vida.
Besos
A.

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