viernes, 28 de septiembre de 2012

Mascota no animal

Qué tal,
Para variar estoy de ánimo primaveral, es viernes, y aunque hace frío, da lo mismo: es día de pago. Sonrisa de oreja a oreja luce en mi. Además hoy comienzo un concienzudo proyecto no relacionado a wishlist. Llevar cuenta de mis gastos diarios en una planilla de excel. Esto, porque haciendo un presupuesto a grosso modo de mis gastos, y siendo muy generosa con entretenciones y lujos que probablemente no recorte, me deberían sobrar muchos pesos, que aunque imagino donde están no quiero ni reconocer ni hacerme cargo de en qué me los gasté. (¿Comida? ¿Libros?)
No se trata de volverse talibana del dinero tampoco. No pienso volverme loca. Si se trata de ser más ordenada, y motivarme a ahorrar, porque pretendo cumplir algunas metas en el mediano plazo: viajar y tener un piso de ahorro con otros dos objetivos: emergencias y la casa propia.
 
El orden está dado de ese modo, porque además mi prioridad es conocer mundo. Cumplir promesas largo tiempo empolvándose en el baúl de los recuerdos. Mi amiga en Montreal, mis amigos en la campiña francesa, mi tío viviendo en España, mis primos viviendo en Mar del Plata. No estoy prometiendo nada nuevamente. Sólo formulando los deseos a la máquina que cumple deseos :), y por supuesto sentando precedente. Estudiar la posibilidad de separar en cuentas diferentes estos dineros no es una mala idea tampoco. Aún no hago ninguna averiguación, sin embargo pronto las iniciaré.
En vista de eso, ayer de camino a casa estuve por la actitud de gastar los últimos pesos del presupuesto del mes pasado en una once en el Jumbo -cuya repetición será más espaciada de ahora en adelante...- Y saliendo de allí ,vi algo que llamó mi atención:
 
En una florería, unos maceteros con lindas flores estacionales, y al lado una hierba (menta de algún tipo) y un romero escuálido, sin flores, pero que igualmente me recordó a mi amado romero florido de la casa de mis padres. Pregunté el precio de las flores, y luego lo pensé mejor, las flores mueren, y se ve mal. En cambio el romero es una planta que tiene vida todo el año, con más o menos flores. Estaba a mi alcance, y lo adopté. Le puse un nombre: Encantador. Esto en honor a los múltiples príncipes de historias conocidos en los cuentos.
 
Mi relación con los Romeros es de larga data. No sé qué edad tenía cuando mi madre empezó a contarme un cuento acerca de una hija de un campesino, hermana de dos chicas un poco más vanidosas que ella. Cuenta mamá que se la contó su abuela. Cuando el papá de las tres chiquillas fue a vender la producción anual al mercado, le preguntó a su mujer y sus hijas qué querían que les trajera de la feria. La madre pidió telas y cintas para coser para sus hijas. La mayor pidió lanas para tejer y crear abrigos para el invierno, la segunda pidió especias para cocinar ricos platos con los que conquistar un marido, la más pequeña pidió simplemente un romero florido.
El padre se extrañó con la solicitud de su pequeña hija, pero ella insistió, y le dijo que si no podía traer ese regalo, no se molestara en traerle nada más, porque ése era su único deseo.
El padre tuvo éxito en las ventas. En la misma feria compró telas para su mujer, lanas para su hija mayor y especias para su hija del medio. Pero no pudo encontrar quien le vendiera un árbol vivo, y tuvo que tristemente partir de vuelta a casa con las manos vacías de regalo para su pequeña hija. Cuando iba saliendo de uno de los pueblos por los que pasaba con su carreta, vió un romero en la orilla, apenas florido, muriéndose de sed. Le pidió al muchacho que era su ayudante que le colaborara sacando cuidadosamente el arbusto de la tierra, protegiendo las raíces con un saco, y subiéndolo.
Al llegar a su casa cada mujer de su familia tuvo lo que esperaba. Todas quedaron contentas. Su hija menor casi lloraba de felicidad al mirar como el delicado arbusto le era entregado. Cuidadosamente lo llevó al costado de la ventana de su dormitorio, y ahí cavó un hoyo y lo plantó. Con los días vió como su planta se secaba, por lo que puso más empeño en cuidarla, le hablaba mientras lo regaba, y limpiaba sus ramas mimosamente. Hasta que se recuperó y en primavera floreció otra vez.
"Querido Romero, si supieras cuánto te quiero" le dijo la muchacha una noche antes de dormirse. A la mañana siguiente, escuchó un ruido en la ventana de su pieza y fue a mirar. Allí, en lugar de su querido arbusto había un joven y la planta ya no estaba.
-¿Quién eres tú? y ¿Qué has hecho con mi Romero?
-Soy un príncipe que fue embrujado por una mala mujer. Ella me transformó en romero y me dejó plantado a la orilla de un camino por donde muy pocos pasan para que muriera lentamente de sed. La condición para volver a ser príncipe era que una mujer me quisiera. ¿Pero qué mujer me querría estando a la orilla de un camino como estaba? Luego un día tu padre pasó por mi lado y decidió traerme hasta acá. No entendí por qué lo hizo, y temí morir. Sin embargo era un regalo para tí, y tú me cuidaste todo este tiempo, hasta decirme que me querías. Espero que me aceptes y me sigas queriendo ahora que soy una persona.
No recuerdo bien el final. Supongo que en cada relato variaba un poco, pero en general el chiquillo se integraba a la familia, y enamoraba a la niña, y en algún momento se casaba con ella.
 
Obsesionada con tener uno hace unos años atrás mi vieja nani me trajo uno de Tirúa o de Florida, no recuerdo bien. Le costó afirmarse, pero ahora es parte del jardín de la casa de mis padres como el que más. Todos los años lo tienen que recortar para que dé espacio a los duraznos de crecer. Y alimenta la esperanza de que en algún lugar guarde un encantador para mi dispuesto a desarrollar sus tranquilizantes ramas.
Veamos si recuerdo postear una foto del pequeño Encantador desde casa esta tarde.
 
Estoy avanzando con el proyecto de frazada para la bebé de X. Es colorida, y hermosa igual que la que hice para D. fotos y más fotos de estos dos proyectos (la frazada de M. y la de D. en un post futuro, cuando termine este último proyecto.)
Respecto al deseo Nº 10, voy en la página 81. Tomando forma lentamente.
Respecto al anillo (del cual me estaba encariñando) tendré que cambiarlo. Uno de los circones se salió, y, o bien me lo reparan o bien elijo otro modelo. La verdad es más dificil cuidar un anillo con tantos circones, así que es probable que elija otro que me gustó bastante con uno solo.
 
Besos a todos, ¡feliz viernes de pago!
Señorita cantora de paraderos

1 comentario:

El circón caído dijo...

Linda la historia del romero, no la conocía. Ciertamente, si se ha contado una historia sobre un ser vivo o un objeto, es porque algo muy mágico encierra en su interior. Así como el príncipe dentro de la planta.
Sigue disfrutando la vida. Es el camino que te llevará a todos los puertos.