domingo, 2 de septiembre de 2012

Amigos, amigos especiales, expectativas y expecta nadas

Con JP habitualmente nos reímos a las horas de comida de la vida, las relaciones interpersonales sexoafectivas, la comida, nuestra relación con la comida, su uso y abuso, los niños que nos rodean, todos en relacion de sobrinos, o similares... Bueno, de todo en realidad.
Uno de los temas recurrentes, cuando vamos a salir con mi hermana, o cuando un amigo invita a salir, o cuando lo que sea... hablamos del pasado, es acerca de los "amigos especiales". ¿Serán realmente necesarios este tipo de amigos en la vida moderna? Y además, ¿a qué viene el eufemismo? Antes la gente les decía amantes, y ni se asqueaba, tampoco se maquineaba nombres cuáticos como "amigos especiales" para decir que tenían alguna clase de beneficios... no, eras simplemente la oficial, la amante, o la amiga. A secas.
Todo ahora es como más relativo, y más tonto.
Ayer Facebook me hizo un gran favor. Publiqué en mi estado que iba a Viña y un amigo me ofreció traerme, porque él también iría. Su inicial, R. La verdad, no lo conozco profundamente, me cae bien, hemos chateado algunas veces en los últimos años, fuimos amigos en la adolescencia dentro de un mismo grupo, pero no era mi más íntimo del grupo, y mi primer conocimiento de su existencia data del jardín infantil. O sea, yo me ahorraba el pasaje y el se ganaba compañía en un tramo que puede ser bastante aburrido si uno se viene solo.  Con una conversación al azar...
Entonces, cuando llego le cuento a JP que R. me condujo de Viña a la casa, que veníamos rápido por la carretera en un auto precioso, y en esto no miento porque tiene un Audi nuevito, y le gusta andar rápido, lo mejor sin cara de velocidad, y que lo pasé bien, escuchando música y riéndonos de puras leseras...
Y viene la pregunta del millón: Y ¿son amigos especiales?
No, no po, si te digo que mi mayor relación con él normalmente es por Facebook, como que no cuadra de amigo especial... no que no me gustaría ojo, tampoco ando echando a la basura las opciones entretenidas en la vida, nada que ver. De hecho creo que la primera vez que lo vi despues de muuuuuchos años de no vernos, lo hubiese descartado de esta categoría, pero ahora lo encontré más seguro de si mismo, como más entretenido, más relajado, me cayó bien esa iniciativa loca de ofrecer llevarme, viniendo de un hombre de actitudes calculadas y mesuradas. Yo soy así loca, improviso ver a gente, y ando consolando a mártires de la Virgen de las 40 horas, y bueno, me he topado con de todo. Pero no me imaginaba a R. viniendo a por mi. -en términos generales.
De qué versó la conversación, creo que de todo un poco. Hablamos de la diabetes 2, que ambos la tenemos... de cómo se cuida él, de cómo me descuido yo... Me habló de lo bien que le hacía ir al gimnasio, y lo encontré rica idea la verdad. Hablamos de los placeres fundamentales de cada uno, para el conducir, comer y el sexo... Para mi leer, comer y bueno, también el sexo, pero yo no entré en onduras, solo me reí.
Me sentí a gusto en las cuatro paredes de un auto pequeño, con un hombre tranquilo, dispuesto a conversar y a escuchar, sobretodo esto último, con cara de póker. Desde fuera, Geólogo tiene razón que a las mujeres en general, y particularmente a mi, nos gusta que nos escuchen. Bueno, R. escucha, con atención y de buena gana. Opina, introduce opiniones valiosas. Virgo, Dragón, Ingeniero, Cara de Poker. Muchas expectativas para un amigo a secas.
Entre tanto, debo decir que amé la sensación de la velocidad, la imperiosa necesidad de callar para disfrutar cómo corría el auto, no sé si a propósito para obligarme a callar, o por deporte.
En todo caso, me gusto que el silencio fuera un silencio cómodo. Me recordó la cita aquella que alguien me dijo una vez: "La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos parece ameno" Erasmo de Rotterdam.
Al parecer pasara lo que pasara en los ámbitos sutiles de las nomenclaturas actuales, nos encontramos frente a un verdadero amigo.

No hay comentarios: