viernes, 22 de junio de 2012

Winner en práctica

Este concepto tomado del blog de Pablo Menichetti, me recuerda que quiero superarme. Por eso me obligo a leer, por eso me obligo a hacer algo más que dormitar los fines de semana. El domingo almorzamos en los chinos con mis papás, mi hermano y su familia. Por celebrar a mi hermano en su cumpleaños y el día del papá. Mi mamá vino a Santiago, M. viajó a ver al querido "quien habla" y por supuesto, Quinta también estuvo allá para cuidarlo.
"Winner en práctica" es el nombre que da Pablo a los loosers que están en proceso de dejar de ser loosers. Mi amiga Capitana, que me postea de vez en cuando, me leyó las cartas ayer. Buenos augurios a la larga. Independiente de la forma que tome mi destino, aparentemente, tengo un viaje placentero, un camino que descubrir y en el cual decidir qué significan los latidos de mi corazón.
La próxima semana termina mi contrato, y ya veremos qué sucede de ahí en adelante. No lo sabré aun, al menos no hasta que me digan, o bien el viernes pregunte antes de ir a casa. Es incómodo ese pensamiento de que las cosas no se definen aun. Sobretodo porque quisiera proyectarme en Concepción el próximo fin de semana, y por supuesto, ojalá de visita triunfante y no de perro arrepentido, pero no puedo llegar y planificar un viaje que no sé si será definitivo o transitorio. De todos modos, J. quiere venir a verme, y es posible que aproveche de verlo acá, donde tenemos los horarios libres.
Si no sigo trabajando inmediatamente, siempre tengo la certeza de que seguiré trabajando más adelante, tengo que planificar una economía de guerra. Juntar dinero para imprevistos, comprar remedios adelantadamente, en fin, procurar cierta holgura en los meses que cocinaré y tejeré. Tejeré para los hijos venideros, de mis primas y amigas, porque después del regalo de principio de año, me hizo click lo necesitadas que están las nuevas madres de sentirse queridas con gestos reales, concretos, manuales si quiere decirse así.
Cocinaré para aprovechar mi querida olla, y para organizar mi venta de mermeladas otra vez, mi sustento para ir al centro a orar cada semana, para comprarme chicles :) y medias.
Este tiempo trabajando con gente que me agrada ha sido bueno conmigo. He admirado más, y contemplado más, y he sentido que hay un propósito hasta en el trabajo más simple. Espero que una recomendación en mi C.V. aparezca al menos de todo esto. Espero llegar a casa con la sonrisa traspuesta, con las ganas de empezar de nuevo, sin la pena a cuestas.
¡Qué poderoso hechizo el de la personalidad de esta vida que llevo, mediante el cual no puedo dejar de amar...! Ni siquiera al que fue amigo fugaz, y se cruzó por mi camino sin dar señas del más leve reconocimiento conciente de haberme visto antes, lo puedo odiar con todo mi ser, como las épicas señoras inmaduras pueden. ¿Será que mi madurez e imperfección pasan por otros recónditos lugares del Universo?
Espero enterarme alguna vez, Cariños a todos, especialmente a ti que has llegado aquí por casualidad,
ABCD


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