Ayer decidí llamar a M. ¿última
vez? contestó luego, sin embargo estaba cargando de bencina el auto.
Parece que a doscientos kilómetros yo oliera la bencina (no es la
primera vez que lo llamo en esta instancia).
Me
pidió que le volviera a llamar más tarde. En fin, dos llamadas más
tarde me contó que sigue en la playa, y que estaba trabajando en la
casa. Espero que no lea este post porque se disgustaría al saber que
cuento detalles de nuestra conversación. (nada tan relevante tampoco).
Dijo
algo insulso al teléfono, y le contesté más tarde con un mensaje
aclaratorio y una invitación a tomar un café antes de que vuelva a su
vida. Acordamos un punto de reunión neutral. Siento una urgencia por
cerrar un capítulo, o por cambiar de hoja, de verlo, de tocarlo, de hablar con él.
Me imagino bastante negativo el panorama, aunque no tanto como un par de semanas atrás.
Pregunté a mamá qué opinaba de un viaje mío a la playa a verlo, y me dijo que solo fuera si sentía que no me haría daño mental, físico, en fin. Comprometiéndome a cuidarme. Ya estoy full sueño.
Quiero ver a este hombre que quise que fuera mío, quiero discernir ese querer. Quiero saber si vale amarle, o mejor dejarlo ir. Eso quiero, he dicho.
A.
Me imagino bastante negativo el panorama, aunque no tanto como un par de semanas atrás.
Pregunté a mamá qué opinaba de un viaje mío a la playa a verlo, y me dijo que solo fuera si sentía que no me haría daño mental, físico, en fin. Comprometiéndome a cuidarme. Ya estoy full sueño.
Quiero ver a este hombre que quise que fuera mío, quiero discernir ese querer. Quiero saber si vale amarle, o mejor dejarlo ir. Eso quiero, he dicho.
A.
2 comentarios:
Y qué tal si te arrancas a Los Angeles prontito?
Qué rico saber de ti por tus palabras nuevamente, querida :)
Es increíble como las vidas que encuentras se alejan, así como dicen de las vías del tren, si las miras a lo lejos crees que se unen pero eso es solo un efecto, siempre han estado igual de alejadas.
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