Estoy ayudando en algunas labores de la pastoral que intenta construir una capilla en mi barrio... increíbles cosas han sucedido desde entonces: reales oportunidades laborales (con entrevistas) mejoras sustanciales en mi ánimo, suavización de las tensiones.
Dios paga como merecemos, no juzga, no pide explicaciones a nuestros titubeos, simplemente se permite gozarnos. ¿Por qué nosotros no podemos gozar igual? decretar igual que todo estará bien.
Mi romance sigue en pie, aunque debo admitir que hasta el momento, es sólo eso: un romance, algo pasajero que alivia las penas, pero no resuelve la soledad. Besos a todos, especialmente a M.
Ánimo de anonimato Reflexiones acerca de lo que podría pasarle a cualquiera, aunque sucediera cerca mío. A veces, uno no quiere que algunos sepan lo que piensa. Nota editorial: la ausencia de firma no implica regalía de derechos de autor. Si quiere citar alguna de las entradas deje un comentario. Los nombres de los coprotagonistas de éstas historias han sido cambiados o reducidos por motivos de discresión.
martes, 18 de octubre de 2011
Trabajando para el Gran jefe
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario